Tuesday, October 21, 2008

Trabajando en lo "visible en Internet"

Despues de postear algunos cortitos aunque fuertes desvaríos sobre los fundamentos de comunicación y sobre el pensamiento critico de la modernidad, estoy trabajando en un ensayo sobre lo visible en internet, las nuevas relaciones que supone la imagen digital entre productores y consumidores (si es que todavía existen) y el rol emergente del productor ya no de imagenes sino de algo que todavía no se como llamar, pero sería algo asi como [experiencia/imagen] en tanto lo que crea tiene una particularidad espacial de quién lo percibe, no asi temporal, lo que hace que sea una experiencia repetible pero singular.

Bibliografía encontrada hasta ahora: 

-Contraexplosión. McLuhan (El medio es el mensaje) (Tengo el pdf si alguien lo necesita) 
-Regimenes escopicos y lectura de las imágenes. Maria Ledesma (pdf)
-Musas y nuevas tecnologías. El relato hipermedia. Isidro Moreno. 

Si alguien me puede recomendar algo se le agradecería montones.

delIpodSuena: MarsVolta

¿Según Adorno y Horkheimer, en qué consiste la perversidad de la reproducción de la mercancía cultural?

Adorno y Horkheimer llegan al concepto de industria cultural al trasladar la lógica mercantilista a los terrenos del arte y la cultura, en donde proponen que todo objeto cultural es concebido como una mercancía, pero que ésta, dada sus características propias es simbólica, en otras palabras, la industria cultural supone una reproducción simbólica.

Ahora bien, esta reproducción está orientada al sujeto como objeto, al mismo tiempo que se consolida como un instrumento de las clases mas poderosas al crear mecanismos de dominación.

La supracitada objetivización del sujeto, está determinada por la necesidad de la industria cultural para estandarizar sus procesos de producción masiva, para lo cual necesita, por una parte, definir a su público y por otra, estandarizar sus mercancías. En cuanto a su público, lo hace a partir de la homogenización de sus necesidades, es por ello que lo reduce a índices estadísticos(Adorno 1988: 149), convirtiéndolo más que en público, en un grupo de consumidores. Tocante a sus mercancías, presenta una aparente diferenciación para crear la ilusión de libre albedrío entre sus consumidores, pero “al fin los productos mecánicamente diferenciados se revelan como iguales” (Adorno 1988: 150).

Por último, encontramos que en la mercantilización cultural los mecanismos de dominación son en gran parte creados a partir de la diversión, por que “la industria cultural sigue siendo la industria de la diversión” (Adorno 1988: 164) y el poder sobre su “público” está mediado por el amusement . Esto es propuesto por Adorno al dejar en claro que el ocio o la diversión es el espacio que aprovecha la industria cultural para emplazarse en la vida cotidiana del espectador y desde allí determinar industrialmente su imaginario.

Concluimos entonces, que para Adorno y Horkheimer la perversión de la industria cultural y su reproducción simbólica de las mercancías culturales, radica en que es precisamente ella la encargada, mas allá de informar, educar o entretener, de consolidar la ideología y conducta del consumidor, creando un complejo sistema de control social a beneficio de ciertas clases hegemónicas.
_______
ADORNO Teodoro y HORKHEIMER Max. 1988. “La industria cultural: Iluminismo como mistificación de masas”, en Adorno Teodoro y Max Horkheimer, Dialéctica del Iluminismo.

¿Para Maldonado, qué clase de irracionalidad presenta el styling?

Con la crisis económica del 29, los procesos de producción y la lógica productiva sufrieron modificaciones sustanciales; a partir de allí, se cambió de un mercado básicamente funcionalista, en donde la mercancía era reducida pero de alta duración, a un modelo que buscaba un aumento sensible en la producción, incrementaba la cantidad de mercancía y al mismo tiempo suponía una duración mas corta de la misma, de esta manera su recambio estaría garantizado y no existiría sobre oferta.

Ahora bien, en este nuevo modelo irracional ya no solo se compite en razón del precio; el estilo y el confort son los aspectos preponderantes y es allí donde precisamente surge el styling que Maldonado define como una modalidad del diseño industrial en donde todo su esfuerzo está puesto en la creación de un objeto superficialmente atractivo dejando a un lado su calidad. (1981: 41)

Ahora bien, es en este contexto en donde Maldonado habla de la irracionalidad del mercado como exigencia del capitalismo monopolista y pone como condición necesaria la inclusión de la mayor cantidad de trabajo improductivo[1] posible, tanto en la concepción como en la producción del mismo. (1981: 43)

Podemos concluir entonces, que hay dos tipos de irracionalidad que presenta el styling, una irracionalidad formal y otra mercantil; la primera, por simple oposición a la racionalización y a la tipificación (formas ascéticas, ordenadas y puras) y la segunda la que tiene que ver con la procura de productos de baja calidad pero de muy buen aspecto incluyendo cantidades mayores de trabajo improductivo.

______

1. Este trabajo improductivo Marx lo define en oposición al trabajo que crea plusvalía (trabajo productivo) y que por lo tanto no afecta directamente la producción de la mercancía. A este respecto un ejemplo que encaja perfectamente en este contexto es la publicidad –entendida desde la definición de Kotler y Armstrong (2003: 470): "cualquier forma pagada de presentación y promoción no personal de ideas, bienes o servicios por un patrocinador identificado"-, en donde su principal función es vender algo ya producido, es decir, es un trabajo improductivo, no genera plusvalía, pero que en este modelo irracional cobra cada vez más importancia.

______
KOTLER, Philip y ARMSTRONG, Gary. 2003. Fundamentos de Marketing. (Sexta Edición, de, Prentice Hall)
MALDONADO, Tomás. 1981. El diseño industrial reconsiderado. (Barcelona, Gustavo Gili).

¿Qué argumentos presenta Berman para sostener que la vida moderna es contradictoria en su base?

Berman asegura que la vida moderna es contradictoria en su base y fundamenta esta posición desde el momento en que define la modernidad como un conjunto de experiencias autorreflexivas, que le confieren al individuo la capacidad de entender que todo es susceptible de ser cuestionado y cambiado, y aún más interesante, que este cambio está en sus propias manos. Ésta concepción de modernidad pone en evidencia una cierta inestabilidad en el núcleo mismo de la vida moderna, en tanto que, al mismo tiempo que el individuo crea sus estructuras de pensamiento y sus fundamentos teóricos, es él mismo quien los cuestiona y los derrumba; así pues, la modernidad vive en una constante dicotomía, o una dualidad constante entre unión y desunión, desintegración y renovación, lucha y contradicción, haciendo tambalear todo lo que conoce y sabe sobre el mundo, incluso las mismas promesas que hace la modernidad. (1989:1-2).

Siguiendo esta misma línea Berman construye otro par de argumentos a partir del pensamiento de Marx y Nietzsche respectivamente, comencemos analizando muy concisamente el primero de ellos.

Leyendo a Marx, Berman destaca que la modernización presenta cierto progreso por un lado pero al mismo tiempo, y por el otro, presenta decadencia; esto se hace evidente cuando Marx dice que lo que podemos llegar a considerar progreso, aparentemente supone conferir vida intelectual a las fuerzas materiales, mientras que somete a la vida humana al nivel de una fuerza material bruta, lo que lo lleva a decir que “todo parece llevar en su seno su propia contradicción”. (1989:6).

En cuanto a Nietzsche, Berman destaca que en la vida moderna las personas abandonan ciertos valores fundamentales para tornarse individualistas, egoístas y destructores/autodestructores, al mismo tiempo que luchan y esperan por las utopías sociales y políticas que promete la modernidad, implicando esto, nuevamente una constante lucha en donde “[…] todo esta preñado de su contrario”. (1989:8).

Ahora bien, si la vida moderna es una permanente dicotomía, una constante dualidad, en donde todo está preñado de su contrario y el individuo se reconoce a sí mismo como parte del sistema que cambia y cuestiona todo, incluso su propio mundo; la vida moderna es contradictoria en su base y ser moderno es estar dentro de un mundo en el que todo lo sólido se desvanece en el aire, razón por la cual Berman titula el texto de esa manera.

____

BERMAN, Marshall, 1989. Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad. Buenos Aires, Siglo XXI.

Tuesday, October 14, 2008

La noción de “discurso” en Verón y en Bajtin

La noción de discurso tanto para la Teoría de la Enunciación (Bajtin) como para la Teoría de los Discursos Sociales (Verón), cumple un rol de suma importancia al considerarla como una condición necesaria para la producción de sentido, aunque su definición presente algunas diferencias.

Podemos comenzar este micro análisis identificando las diferencias en la concepción del discurso. Por un lado, encontramos a Bajtin definiendo la noción de discurso en términos de la enunciación y su relación con el sujeto, proponiendo de esta manera, que sólo puede llegar a existir –el discurso- en forma de enunciados pertenecientes a hablantes o sujetos del mismo; visto de otra manera nos damos cuenta de que Bajtin considera al enunciado como la unidad constitutiva del discurso[1].

Por otra parte, Verón no habla de la enunciación, y por ende, la unidad sobre la cual se construye el discurso no es el enunciado, para él, esta unidad es el texto. El discurso es, pues, el análisis del texto; “una configuración espacio-temporal de sentido”, siempre en relación a otros discursos[2], lo que nos lleva a argumentar la idea del discurso como condición necesaria de la producción de sentido.

Verón sostiene que toda producción de sentido es discursiva y por consiguiente producto de un fenómeno social, al mismo tiempo que todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido; doble anclaje que evidencia que “es en la semiosis donde se construye la realidad de lo social”.

Así mismo, si desaparece el discurso desaparece también la posibilidad de analizar el sentido, en tanto que sólo podremos referirnos al texto mismo y no existirán huellas de producción que describan pruebas de asignación de sentido a materias significantes[3].

Para Bajtin, el enunciado por si sólo no tiene sentido, el sujeto (enunciador o enunciatario) es quién se lo confiere, y en ese momento, es donde se crea el discurso, en la medida en que ese sentido lo construye a partir de otros discursos; es decir, en relación con un contexto específico. En otras palabras, sin discurso no hay sentido.

______________
1.La oración, entonces, ya no es la unidad de comunicación, sino un dispositivo para poder describir ciertas regularidades gramaticales que se producen en los enunciados.
2.Muy importante para Verón este concepto de interdiscursividad, en tanto que lo entiende como una gran red en donde todo discurso puede ser el origen de otro, así pues, pone en evidencia la existencia de otros discursos entre las condiciones de producción y de reconocimiento de los discursos.
3.Verón dice que todo análisis de sentido, se apoya en la idea que todo sistema productivo puede reconstruirse a partir de las huellas que deja en sus productos.

¿Cuál es la diferencia entre el análisis de sistemas lingüísticos y el de sistemas visuales para Barthes?

La diferencia radica en que Barthes considera a los sistemas lingüísticos como digitales, en donde las relaciones significante significado son arbitrarias y altamente inmutables, mientras que los sistemas visuales los considera análogos, motivados y polisémicos, siendo estos dos últimos conceptos los que decididamente reformula de la teoría saussuriana.

Barthes se refiere a los sistemas lingüísticos [st] como digitales en tanto que puede descomponerlos y definirlos en función de la combinación de unidades mínimas o unidades de significación (fonemas), creando de esta manera un primer distanciamiento con respecto a los sistemas visuales [sv], ya que estos últimos los considera análogos y lo hace precisamente por la imposibilidad de encontrar unidades mínimas perfectamente definidas o delimitadas[1], en ese caso no hay la doble articulación que si existe en los lingüísticos.

Una vez evidenciada la diferencia entre lo digital y lo análogo para Barthes, podemos continuar con el problema de la arbitrariedad y motivación. Barthes dice que en los sistemas visuales, mas precisamente en el tercer nivel[2], la relación entre significante y significado no es arbitraria, comienzan a aparecer elementos motivados que van a diferir completamente de la arbitrariedad característica de los sistemas lingüísticos[3].

Por último encontramos el carácter polisémico que Barthes le confiere a la imagen y por ende a los sistemas visuales. La imagen, dice Barthes, se presenta al lector como una “cadena flotante de significados” entre los cuales incluso puede llegar a ignorar o rechazar algunos, es decir, la imprecisión del significado es tan alta que es precisamente lo que le confiere el dinamismo y su condición variable, cosa muy distinta a lo que sucede en los sistemas lingüísticos en donde (retomando el argumento de Saussure) son arbitrarios y altamente inmutables, porque la lengua aparece siempre como herencia de una época precedente y por lo tanto es siempre un producto de factores históricos, es decir es una construcción social estable y precisa.

A manera de conclusión, encontramos que Barthes reformula la relación entre la lingüística y la semiologia. Para Saussure Linguistica es una parte de la semiología en tanto que para Barthes es al contrario debido a que cualquier sistema semiológico se mezcla con el lenguaje y es muy difícil entender un sistema de imágenes cuyos significados existan fuera del lenguaje, razón por la cual la semiología para Barthes no se ocupará solo de textos, sino de todo otro tipo de objeto, relato, imagen que se proponga como mensaje.
________________
1. Normalmente estas unidades identificables en las imágenes funcionan como contenedor y al mismo tiempo como elemento contenido.
2. Barthes señala que aunque la imagen no pueda descomponerse en unidades mínimas, su contenido puede analizarse en tres niveles: lingüístico, icónico literal (denotado) e icónico simbolico (connotado).
3. En este punto comparte la postura Saussureana en cuanto a que la relación significado/significante es arbitraria, esto implica que el signo lingüístico sea arbitrario y por ende que los sistemas lingüísticos también lo sean.