Tuesday, November 11, 2008

Nuevas situaciones de recepción televisiva

“a la camita… a la camita…” decía Topoyiyo[1] justo antes de que mi mama volteara a mirarme, levantara una ceja y dijera: -vamos amorcito, a lavarte los dientes y a dormir. Esto sucedió noche tras noche durante mucho tiempo, después, cuando ya no pasaban a Topoyiyo, era la familia Telerín la que sonaba, “…buenas noches, …buenas noches, buenas nooooooches”[2] y el resto ya lo conocen.

La televisión sin duda alguna, fue un gran agente configurador de tiempos y hábitos en mi familia, creo que de alguna manera lo fue en la de todos. Y aunque con el pasar del tiempo, las prácticas o las costumbres en torno a ella han cambiado a un paso agigantado, todavía es un referente ineludible en cuanto a la familia se refiere. Estos cambios gigantes que menciono tienen innumerables causas, unas mas personales o subjetivas que otras, pero ninguna como la llegada de Internet al hogar, cada vez pasamos una mayor cantidad de tiempo frente a la computadora, incluso viendo televisión en ella. ¿Cómo, entonces, afectará esto el comportamiento, el lugar, el momento y las relaciones que implica ver la televisión en el hogar?

Valerio Fuenzalida en su texto Televisión abierta y audiencia en América Latina, caracteriza al hogar como situación habitual y cotidiana de recepción televisiva (2002: 46), y establece varias pautas para realizar un análisis de lo que sucede con la audiencia y la televisión en el seno del momento en que se realiza su recepción.

La transmutación de la televisión a Nuevos Medios necesariamente supone cambios en esa situación de recepción y es precisamente por lo que en este texto intentaré trasladar los elementos que propone Fuenzalida en su análisis del hogar como situación de recepción televisiva, a la televisión en otros medios.

En primera instancia los cambios que hacen que el hogar no pueda considerarse como la única situación de recepción televisiva se deben principalmente a dos aspectos: sus características formales y la direccionalidad de la relación entre la televisión y su audiencia.

En la relación clásica entre televisión y audiencia, Fuenzalida muy bien caracteriza al hogar como punto espacio-temporal cultural, en donde se lleva a cabo el proceso de recepción televisiva, estableciendo una relación directa y proporcional entre la presencia en el hogar y el consumo cuantitativo de televisión. Sustenta esta posición desde una investigación del consumo de televisión en Chile, donde se muestra el promedio anual de consumo comparado con la edad de los consumidores, Fuenzalida relaciona los ciclos de vida (edades) y la presencia en el hogar, para de esta manera evidenciar un mayor consumo de la misma, en los momentos en donde se supone una permanencia mas alta del individuo en el hogar (2002: 47-48).

Dentro de esta misma descripción de la relación televisión-audiencia, otro elemento que cobra relevancia es el espacio-tiempo. Mcluhan, propone como características esenciales de los medios de masas, dos elementos: por una parte, la independencia entre la fuente del programa y el sistema de experimentarlo, que como ya vimos para Fuenzalida es el Hogar; y por la otra, la simultaneidad en el tiempo, que en este caso se refiere a la experiencia televisiva (1996:423).

Las relaciones propuestas por los nuevos medios, desterritorializan y atemporizan la situación receptiva, por ende, el hogar pierde el rol descrito por Fuenzalida, y desestabiliza la caracterización de Mcluhan. En primera instancia la desterritorialización hace que el sistema de experimentar o de recibir la señal televisiva no sea siempre el mismo y no se efectué siempre en el mismo contexto, en tanto que el dispositivo mediante el cual se visualiza el contenido de la señal, no pesa quince kilos y mide un metro cuadrado, ahora es portable; sea éste un celular, una laptop, un pda, incluso un ipod, esta disponible en cualquier lugar y en cualquier momento. Lo que nos lleva al segundo fenómeno que es la atemporización que suscitan estos otros medios, la simultaneidad ya no es una característica fundamental de la televisión, ahora con las series producidas para Internet, es el espectador quien decide cómo, cuando y dónde verlas.

Retomando la idea que Fuanzalida propone acerca de la proporcionalidad existente entre presencia en el hogar y consumo, y teniendo en cuenta la penetración constante y progresiva de Internet en el hogar como actividad que demanda cada vez mas tiempo, ¿no sería necesario reformular o al menos revisar esta proporcionalidad? ¿El tiempo que invertimos navegando en Internet lo restamos del tiempo que empleamos viendo televisión? ¿cuánto tiempo invertimos en nuestros hogares navegando en Internet y no viendo la televisión?

A este respecto, el informe del WIP[3] (World Internet Proyect) 2006 en Chile arroja datos que nos pueden resultar muy interesantes. Por ejemplo el lugar donde se utiliza más Internet es en la casa (véase figura 1.), seguido por la casa de algún familiar o amigo, cibercafés y el trabajo (2006: 13), así mismo, señala que pareciera que Internet y TV compiten por el mismo tiempo de los usuarios, e incluso menciona que los usuarios de Internet dedican menos tiempo a ver televisión que los no usuarios (2006:20). Por último es muy interesante ver como en este mismo informe dentro de las actividades que realizan los usuarios de Internet al momento de navegar, aparece “mirar televisión” con un quinto lugar dentro de las tareas que se realizan simultáneamente.


Otro estudio, llevado a cabo por e-living aunque un tanto anterior al del WIP, propone, tocante a este tema, que el uso de Internet probablemente toma tiempo de algunas actividades como cenar o comer afuera, limpiar la casa, salir o visitar amigos, pero no necesariamente del consumo de televisión, por el contrario podría asociarse a el, incluso lo considera como la primera opción para descansar de Internet. (Raban, op. cit., p. 32).

Todo esto nos hace pensar que no necesariamente, la televisión e Internet compiten entre si por el tiempo dedicado a una o a otra actividad, por el contrario, podrían estar compitiendo por el nivel de atención que bien describe el profesor Fuanzalida cuando habla del monitoreo de la televisión, e hipotéticamente la proporcionalidad podría ponerse en términos de atención, en la medida en que más tiempo se emplee navegando, mayor sería el índice de monitoreo de la televisión.

El otro aspecto que mencioné al proponer aquellos elementos que hacen que la situación de recepción televisiva cambie, es la direccionalidad de la relación televisión-audiencia.

Con la incursión de la televisión en estos otros medios, se esta pasando de un esquema puramente de Broadcasting, en donde las señales emiten una programación constante hacia su audiencia, a un esquema en donde la audiencia selecciona, busca y determina qué ver o dejar de ver, de una forma asincrónica. Es decir estamos cambiando de un sistema unidireccional a uno bidireccional, que incluso en muchas ocasiones se convierte en interactivo, pero esto sería motivo para otro análisis.

En la concepción tradicional de la televisión los espectadores configuran su tiempo y espacio, en torno a la televisión, es decir la televisión se convierte en un agente configurador del tiempo de su audiencia y esto pasa en gran medida porque los espectadores no pueden modificar la programación, están supeditados a lo que están transmitiendo en ese momento y por lo cual deben ajustar aquellas variables sobre las cuales sí tienen control, para poder disfrutar de la televisión o de aquellas transmisiones que les interesen.

Esto es particularmente plausible cuando Fuenzalida se refiere a los procesos de comparación y discusión, en tanto son más conscientes y verbalizados que los demás procesos activos[4], por ejemplo, describe como la audiencia realiza esfuerzos por crear un contexto especifico de atención, al preparar su entorno frente al televisor o adelantar tareas pendientes, con tal de presenciar sin interferencia aquellos programas que se les presentan como altamente interesantes (2002: 66).

Algunos ejemplos cotidianos de ello los podemos encontrar en el apuro por llegar a tiempo para las novelas del prime time, el partido de futbol o incluso, algo que hasta hace poco era muy común en Colombia, las apuestas familiares por la ganadora del concurso nacional de belleza.

Por otra parte, en la televisión presente en nuevos medios, el control que el espectador ejerce sobre ella es mucho mayor, adaptándola ahora, a sus tiempos y siendo él quien configura sus espacios de recepción. Por ejemplo el creciente aumento en los usuarios suscritos a Podcast y videoPodcast, la creación de series para este formato, tales como “Emprendedores”[5], la cada vez mas común producción de mini series para dispositivos móviles, como es el caso de “24:Conspiracy” (FOX), o producciones seriadas para Internet de mucho menor presupuesto como “elVagoneta”[6].

Por último, y en relación con las expectativas situacionales que Fuenzalida define como las aspiraciones que tiene la audiencia sobre lo que espera recibir de un particular espacio-tiempo cultural y que clasifica en siete categorías, a saber, aquellas dirigidas a satisfacer necesidades de compañía afectiva, de observación y anticipación virtual en el acontecer social, de descanso físico y sicológico, de entretención narrativa (ficcional o realista), de autoayuda, de ventana al acontecer y referentes a la situación cultural-laboral(2002:68), encuentro que es completamente transparente a la televisión en otros medios; cada una de esas expectativas puede aplicarse en mayor o menor medida, pero igualmente son todas válidas. Lo único que puedo concluir de ello, es que si bien, esta caracterización es extensible a otros medios, como Internet, supone que hasta cierto punto la televisión en nuevos medios deba construir nuevas expectativas situacionales que le permitan ganar espacios en tanto sean completamente particulares y diferenciadoras.

NOTAS

1. http://www.youtube.com/watch?v=5AFasYNOifk&feature=related
2. http://www.youtube.com/watch?v=jif0HGnebJ4
3. http://www.worldinternetproject.net/
4. Fuenzalida identifica tres procesos que se llevan a cabo antes, durante y después de la exhibición del mensaje, estos son: sobre el género como pacto previo de lectura, el reconocimiento, identificación y proyección y por último los procesos de comparación y discusión.
5. La primera serie de TV distribuida en España mediante videopodcast en iTunes de Apple, según informó Europa Press.
6. http://www.vxv.com/canal=ElVagoneta


REFERENCIAS

Marshal Mcluhan. (1996) La comprensión de los medios como las extensiones del hombre, Barcelona, España : Paidós.

Raban, Yoel (2004): e-Living D11.1 – ICT Uptake and Usage: Panel Data Analysis, The e-Living Consortium, IST, http://www.eurescom.de/e-living.

Valerio Fuenzalida (2002). Televisión abierta y audiencia en América Latina. Buenos Aires, Argentina : Grupo Editorial Norma.

World Internet Proyect (WIP) Project – Chile. (2006). Monitoreando el futuro digital: resultados encuesta WIP-Chile 2006.

2 comments:

Anonymous said...

Muy buen post.

Anonymous said...

Lo que es un buen puesto. Me encanta la lectura de estos tipos o artículos. Puedo? Esperar a ver lo que otros tienen que decir.